Por ti dejo las sombras de mi timidez
Y recorro un lado sombrío de tu luz
Camino raudo, loco hacia la adultez
Por ser un hijo de beodez
Por ti dejo las sombras
Y recorro tu luz
Caminando temerario sin temor
Puesto un sombrero siempre voy
A la magna de tu altivez
Todos los días pensaré
Meditaré tanto durante un mes
Puede ser que estemos otra vez
Una vez que termine
A tus fauces caeré
Tantas lunas en tu rostro
Iluminan todo lunes pretencioso
Tanto trabajo y tan pocos labios rojos
Que provocan a los lujuriosos
Lucerito es tu nombre reluciente
Me encanta llamarte y quererte
Cuanto antes volveré a perderte
Para tener que buscarte
Y otra vez, llamarte
para siempre amarte.
Encuentros sin fines
Y con finales felices
Inicios dramáticos
Y búsquedas emocionantes
Todo es como antes
Cuando éramos infantes.